La exposición al frío y al calor: otra posible amenaza para la salud mental de los adolescentes

Una investigación realizada con casi 5.000 adolescentes de España y Países Bajos destaca cómo la exposición prolongada a diferentes temperaturas influye en síntomas psiquiátricos.
La exposición al frío y al calor: otra posible amenaza para la salud mental de los adolescentes
Foto: Ernest Brillo.

Vivir durante dos meses con temperaturas ambientales medias de 21,7 °C favorece que los adolescentes de diferentes zonas de España presenten más problemas de atención. Además, una misma exposición a temperaturas medias mucho más bajas, cercanas a los 5°C, hace que los jóvenes de Países Bajos muestren más síntomas de ansiedad y depresión. Esta es una de las principales conclusiones del estudio Temperature Exposure and Psychiatric Symptoms in Adolescents From 2 European Birth Cohorts, liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y publicado en la revista científica JAMA Network Open. 

La investigación sigue el curso de muchas otras que durante los últimos años han puesto de manifiesto la relación entre el cambio climático y la salud mental. Pero esta vez lo hace teniendo en cuenta rangos de temperatura que no se consideran extremos, sino habituales, y centrándose en un sector de la población especialmente vulnerable: los adolescentes.

“Hay mucha investigación sobre la relación que existe entre el cambio climático, la variación en las temperaturas y la salud mental en adultos. Sabemos, por ejemplo, que durante las olas de calor y los periodos con altas temperaturas aumentan los intentos de suicidio y las hospitalizaciones. Sin embargo, se han realizado muy pocas investigaciones sobre la población más joven, por lo que quisimos estudiar cómo todo esto afecta específicamente a los adolescentes”, explica a Climática Esmée Essers, estudiante predoctoral en ISGlobal y autora principal del estudio. 

Los investigadores tomaron datos de casi 4.000 adolescentes de Países Bajos (a través del proyecto Generation R) y de casi 900 españoles (gracias al proyecto INMA). Analizaron las temperaturas ambientales durante tres periodos de tiempo diferentes hasta llegar a los dos meses, con el objetivo de entender qué sucede cuando los adolescentes están expuestos a ciertas temperaturas durante periodos de tiempo largos y de forma continua. 

“Imaginemos el caso de los adolescentes neerlandeses, que estuvieron expuestos a temperaturas medias de 5 °C, lo cual es bastante bajo, durante dos meses. ¿Qué problemas de salud mental puede generar esto?”, expone Essers. “Una vez pasaron estos periodos, recogimos datos a través de cuestionarios que se centraban en tres tipos diferentes de problemas mentales: problemas de interiorización, como ansiedad y depresión; de exteriorización, como comportamientos agresivos; y de falta de atención”.

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