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El 71% de los trabajadores y trabajadoras del mundo está expuesto a riesgos graves para su salud relacionados con el cambio climático. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) publica este lunes nuevos datos que indican que los trabajadores amenazados por la situación actual son ahora al menos 5,4 puntos más que en el año 2000. Partiendo de la subida de las temperaturas globales –que desde 2016 baten récords año tras año–, el estrés térmico afecta en algún momento de sus labores a 2.410 millones de trabajadores, con respecto a una población económicamente activa de 3.400 millones, y es el responsable de que 26,2 millones de personas sufran de afecciones renales.
El calor en exceso es el causante de 22,8 millones de lesiones profesionales que cuestan 19.000 vidas al año. Además, son habituales las insolaciones, el agotamiento, los calambres, las enfermedades cardiovaculares y el síncope por calor, entre otros problemas.
Los más afectados son los trabajadores de la agricultura, los que realizan tareas relacionadas con la gestión de los recursos naturales, la construcción, la recogida de desechos, el transporte, el turismo y los deportes, es decir, aquellos que pasan una parte importante de su jornada al aire libre.
Los trabajadores del campo, en peligro por los plaguicidas
En el informe publicado este lunes, la OIT aborda también otros factores medioambientales exacerbados por el aumento de las temperaturas y que tienen repercusiones nefastas en los trabajadores. Entre ellos, figura la exposición a la radiación UV durante el trabajo, factor importante de cáncer de piel (distinto al melanoma) y que causa tantas muertes como el calor excesivo.
Se calcula que 1.600 millones de trabajadores están expuestos cada año a la radiación ultravioleta (intensificada por la reducción gradual de la capa de ozono), que además provoca quemaduras solares, ampollas en la piel, lesiones oculares agudas, cataratas y debilitamiento del sistema inmunitario.
Asimismo, los fenómenos meteorológicos extremos y catástrofes naturales también relacionadas con el cambio climático amenazan el bienestar de muchos trabajadores, en particular a los que se dedican a responder a estas emergencias, a las tareas de limpieza, así como a misiones médicas y de rescate.
El cambio climático aumenta igualmente la concentración de distintos contaminantes atmosféricos, de manera directa o indirecta (por los incendios forestales, por ejemplo), a los que se atribuyen 860.000 muertes anuales por cáncer de pulmón, enfermedades respiratorias u otras.
Finalmente, la OIT también incluye como riesgo para la salud de los trabajadores el uso de plaguicidas y otros químicos en la agricultura, cuyo rendimiento está directamente afectado por cuestiones climáticas, como el nivel de lluvias, la aparición de plagas o la carencia en la tierra de nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas.
Se estima que, entre los 870 millones de trabajadores agrícolas que sufren una exposición elevada a productos químicos, se producen más de 300.000 muertes anuales por envenenamiento con pesticidas.