Nueva victoria de Repsol sobre Iberdrola por ‘greenwashing’

El primer litigio en España por lavado verde concluye que "la sostenibilidad no es sinónimo de respetuoso o neutro con el medio ambiente".
Nueva victoria de Repsol sobre Iberdrola por ‘greenwashing’
Foto: repsol.

El primer litigio de España por ecopostureo entre dos empresas fósiles ya tiene veredicto. El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Santander ha desestimado íntegramente la demanda interpuesta por Iberdrola contra Repsol por «competencia desleal y publicidad engañosa por greenwashing». La sentencia no condena en costas a Iberdrola y puede ser recurrida en apelación ante el mismo tribunal.

Este caso se remonta a febrero de 2024. Entonces, la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán demandó a la petrolera alegando que incumplían hasta tres artículos de la Ley de Competencia Desleal de España: actos de engaño (artículo 5), omisión engañosa (artículo 7) y publicidad ilícita (artículo 18).

Desde Iberdrola se quejaban de que la web de Repsol tiene 15 referencias susceptibles de lavado verde, además de tres campañas publicitarias supuestamente del mismo signo: ‘Biocombustibles avanzados, una alternativa para la movilidad’ (enero 2023), ‘Hidrógeno renovable’ (enero 2023) y ‘Conectar energías’ (marzo 2023). En la demanda, pedían la retirada de esas campañas, así como la prohibición de publicar contenidos similares en el futuro y que Repsol publicase –en caso de darles la razón– la sentencia en su página web.

En su resolución, conocida este martes, el juez sostiene que «en ningún momento se realizan [en las comunicaciones de Repsol] alegaciones medioambientales, sino de compromiso con la sostenibilidad» y que tampoco «se acredita que pueda inducir a error sobre la naturaleza de una compañía hoy multienergética, pero fundamental y tradicionalmente petrolera y que el consumidor español conoce de un modo casi universal (98,4 %) asociando en un 97,7% su actividad las estaciones de servicio y venta de combustibles, cuya naturaleza perjudicial para el medio ambiente no precisa aclaración».

No obstante, el escrito de 34 páginas apunta que «el consumidor implicado y preocupado por el impacto de sus decisiones de consumo en el medio ambiente está especialmente atento y vigilante, tiene una cierta formación al respecto, conoce que la neutralidad climática absoluta no existe», y que estos comprenden que «una empresa energética del sector hidrocarburos, o multienergética con un predominio actual de los combustibles fósiles en su negocio, no es neutra ni positiva para el medioambiente, ni lo son sus productos, sin necesidad de una información expresa al respecto». Asimismo, el juez llega a la conclusión de que «la sostenibilidad no es sinónimo de respetuoso o neutro con el medio ambiente, sino que se identifica como la zona de intersección entre tres dimensiones: lo ecológico, lo económico y lo social».

Para Repsol –empresa española que más gases de efecto invernadero expulsa a la atmósfera–, «la sentencia pone al descubierto la estrategia de Iberdrola de descontextualizar» sus mensajes y campañas publicitarias «para desacreditarla y así limitar la competencia en el mercado eléctrico». En cambio, fuentes de Iberdrola, a pesar de la sentencia desfavorable, dicen estar «satisfecha por la victoria social que ha supuesto que por primera vez se hable de forma generalizada entre la opinión pública y se denuncien las prácticas de ecopostureo, de lavado verde, de empresas contaminantes que tratan de presentarse como si no lo fueran». La energética lamenta que «la lucha contra el greenwashing tiene aún mucho camino por recorrer» y que continuarán «denunciando aquellas actitudes y comportamientos que disfracen la verdad».

Un tira y afloja constante en los despachos

Con esta sentencia, la petrolera dirigida por Antonio Brufau se anota una victoria en la batalla con Iberdrola. El año pasado, Autocontrol –organismo privado de autorregulación de la industria publicitaria en España que cuenta con más de 600 socios– dio la razón en dos casos diferentes a Repsol.

En la última de ellas, Autocontrol estimó una reclamación de Repsol y declaró «engañosa» una campaña de televisión y radio en la que Iberdrola, en base a una normativa europea que todavía no había sido aprobada (ahora ya sí), instaba a los hogares a cambiar las calderas de gas por aerotermia (bombas de calor) en vista de su futura prohibición. Desde la gigante fósil defendían que entonces la normativa no era firme y que, además, no se prohíben expresamente las calderas, sino el combustible que utilizan.

En el otro caso, fue Iberdrola la que acudió al organismo regulador publicitario para causar a Repsol de supuesto engaño mediante lavado verde en la promoción de sus combustibles renovables por mensajes como «La calidad de Repsol, ahora 100% renovable. A partir de residuos orgánicos. Ya disponible en más de 50 estaciones de servicio y a final de año en 600» y «Nuevos combustibles 100% renovables de Repsol». En abril, la reclamación fue desestimada y se le impuso a Iberdrola el pago de las tasas por la tramitación del procedimiento.

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