‘Cuerpos celestes’ o la posibilidad de un futuro sin barbarie colonial

La compañía AzkonaToloza estrena la segunda pieza de su proyecto ‘Falla’, una obra de ciencia ficción documental sobre la minería aeroespacial y las colonias del futuro.
'Cuerpos celestes' se pregunta cómo serán las colonias en el futuro y concluye que hay dos posibilidades: el espacio exterior y lo profundo de los océanos. Foto: Pol Naranjo.

Se llama Valentina Kuznetsova y fue la primera mujer en pisar, vivir y explorar Marte. Cuenta que todo comenzó en 2040, cuando trabajaba de geóloga y sus esfuerzos, entonces, se centraban en salvar al planeta de una crisis climática cada vez más extrema. «Pero estaba claro que no se trataba de salvar el planeta, se trataba de salvar a la humanidad, se trataba de salvarnos». Fue cuando nos dijeron, explica Valentina, que solo nos quedaba la opción de ir a explorar sitios donde no hubiésemos llegado antes y extraer de ellos lo necesario. Esos sitios eran los océanos o los planetas, claro. «Nos convencieron de que abrir minas en otros planetas era la mejor idea y, aunque nunca nos lo creímos del todo, pusimos en eso todos nuestros esfuerzos. Nuestro encargo era claro: debíamos terraformar Marte», modificar sus condiciones atmosféricas y climáticas para convertirlo en un lugar habitable para los colonos que iban a llegar.

Valentina, que se llama como la primera mujer que pisó el espacio, es uno de los personajes que habita la obra Cuerpos Celestes de la compañía AzkonaToloza, formada por la coreógrafa Laida Azkona y el videoartista Txalo Toloza, la segunda pieza de su proyecto Falla, iniciada con Canto mineral. El espectáculo se estrena este miércoles en el Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque de Madrid y se podrá ver en el Festival Grec de Barcelona el próximo mes de julio. En el escenario, teatro documental, verbatim, realidad especulativa, ciencia ficción y un montón de preguntas con las que la compañía da la bienvenida al público: ¿Sabes a quién pertenecen los minerales que ahora flotan por el espacio? ¿A la empresa que los extraiga primero? ¿A la nación que defienda mejor esos territorios? ¿Estamos al comienzo de una nueva fiebre del oro? ¿Al borde de un nuevo conflicto colonial? ¿En el inicio de una película de ciencia ficción?

Imagen de la obra. Foto: Pol Naranjo.

«Nosotros trabajamos en serie, lo que significa que dedicamos bastantes años a un proyecto de investigación muy amplio», explica Txalo Toloza. «La primera serie que hicimos como compañía fue Pacífico, un proyecto sobre Latinoamérica y la barbarie neocolonial, sobre los pueblos originarios y los territorios donde esa barbarie se había dado cita en los últimos dos siglos. Con Pacífico trabajamos unos siete u ocho años, hicimos tres piezas grandes y otras más pequeñas, pero también fanzines, podcasts, una publicación, una exposición… Cuando estábamos haciendo la segunda pieza del proyecto, Tierras del Sud, un lonco, que es la autoridad máxima de una comunidad mapuche, nos dijo que ellos entendían que en su entorno todo estaba vivo, que no había nada que fuese objeto, todo era sujeto, que incluso las piedras estaban vivas. Y eso para nosotros fue un mazazo muy grande que tardamos muchísimos años en intentar digerir y entender».

La última frase de la última obra de la trilogía Pacífico, titulada Teatro Amazonas, era: «Ahora toca frenar y escuchar». Y de ahí nació Canto mineral, la obra que inauguró este proyecto Falla en 2022, una pieza en la que AzkonaToloza retomó esa idea de piedras vivas y decidió, precisamente eso, frenar y escuchar a la tierra, a la piedra, a la montaña, todo eso que nos han enseñado que no tiene vida. Junto a esa obra, la compañía también creó Concierto geológico, una pieza site specific, pensada para salas pequeñas, en formato de concierto y conferencia performativa, que también llega a la sala Réplika Teatro el próximo fin de semana.

En su última creación, Cuerpos celestes, la compañía habla de asteroides, cuerpos celestes, planetas y meteoritos, de cómo serán las colonias del futuro y de si el ser humano va a ser capaz alguna vez de explorar un territorio sin emplear el lenguaje de la barbarie. «Después de tantos años estudiando sobre el neocolonialismo y el colonialismo actual en Latinoamérica, en África o en Europa, en Cuerpos celestes nos preguntamos cuál es la colonia del futuro y si estamos condenados a imaginarnos el futuro de la misma forma que hemos desarrollado el pasado y el presente, si el concepto colonial va a seguir gobernando nuestra forma de imaginar el mundo», explica Toloza.

La compañía vuelca en el montaje lo aprendido a lo largo de gran cantidad de conversaciones y entrevistas a especialistas. «Ellos dicen que el colonialismo futuro tiene dos posibilidades: una es el espacio exterior y otra, lo profundo de los océanos. Ambos son dos lugares que el ser humano aún no ha explotado, porque básicamente la colonia tiene que ver con la explotación y con la barbarie, se trata del deseo de explorar algo para poder explotarlo, para poder sacar un rédito económico», dice Txalo Toloza, que fundó esta compañía de artes vivas con Laida Azkona hace diez años, con base en Barcelona, y que tiene una reconocida trayectoria como artista visual y colaborador de otros creadores como la perfomer Sònia Gómez y el director de escena y dramaturgo Roger Bernat.

Imagen de la obra. Foto: Pol Naranjo

Cansados de tanta narrativa distópica del fin del mundo, y frente a ese relato de la catástrofe «que nos ha acostumbrado a que todo va mal o que siempre vamos a ser gobernados por una tiranía neofascista, intentamos imaginar un futuro utópico donde esas colonias sean otra cosa», de ahí que la compañía apueste en Cuerpos Celestes por una utopía. Para llevarla a escena, «lo que nos hemos inventado es un documental de ciencia ficción, es decir, presentamos en escena toda nuestra investigación documental como si fuese un hecho ficcionado, todas esas entrevistas que hicimos las situamos en un futuro de aquí a 60 o 70 años, en el que esas personas nos cuentan lo que estamos viviendo en estos momentos desde un futuro donde todo esto ya pasó». Ese es el dispositivo y el juego que, como en toda su obra, AzkonaToloza dota de una enorme carga política, poética, visual y sonora (Rodrigo Rammsy, colaborador habitual de la compañía, firma la banda sonora y el diseño de sonido).

¿Y ese futuro que imaginan es un futuro amable? ¿Es un futuro sin colonialismo, sin conquista, sin explotación? «Yo creo que no, creo que estamos condenados a repetir los mismos errores. Estoy pensando en un futuro muy cercano, pero creo que en un futuro más lejano, de aquí a unos siglos, ya habremos aprendido la lección. Por ahora estamos condenados a seguir dibujando el mundo como nos enseñaron que se hacía, en base a la colonia y a la explotación del territorio y de otros seres humanos. Lo que aprendimos cuando hicimos Pacífico es que los nombres y los apellidos de los que habían sido los colonos hace 200 años en Argentina, Chile o Brasil, a día de hoy eran los mismos apellidos, lo que pasa es que ya no eran patrones coloniales, eran empresarios y políticos. Y creo que en los siguientes 50 años estamos condenados a que muchos de esos nombres sigan siendo los mismos». En pantalla leeremos: «TAMBIÉN LA VERDAD SE INVENTA». Antonio Machado, poeta. Informe del Departamento de Defensa de EEUU, año 2064.

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