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La Policía del aeropuerto de Fráncfort, el mayor de Alemania, ha detenido a ocho activistas climáticos del grupo Letzte Generation (Última Generación) tras irrumpir este jueves en las pistas del aeródromo y provocar la suspensión temporal de todos los vuelos, según informó a EFE un portavoz de la organización. «Ocho personas han sido arrestadas preliminarmente y entregadas para su procesamiento a la Policía de Hessen», el estado federado al que pertenece Fráncfort, indicó el portavoz.
La acción obligó a la gestora del aeropuerto a suspender primero todas las operaciones durante al menos dos horas. Todo ello ha provocado, tal y como han informado en un comunicado, que, hasta el momento, se hayan cancelado 140 vuelos de los 1.400 previstos para esta jornada.
En total, hay más de 30 kilómetros de vallas en Fráncfort, las cuales están técnicamente aseguradas y patrulladas. Además, se han establecido cadenas de alarma para alertar inmediatamente a la policía, al operador del aeropuerto y al control del tráfico aéreo si se detecta una intrusión en la zona de seguridad.
Pese a ello, al menos seis activistas, según Letzte Generation, lograron entrar en varios puntos de las pistas a pie, en bicicleta y en monopatín tras utilizar pequeñas tenazas para hacer aberturas en la valla de malla metálica. Ya en las pistas, los activistas exhibieron carteles con la leyenda ‘El petróleo mata‘ para exigir a los representantes políticos «un acuerdo internacional jurídicamente vinculante para eliminar progresivamente el petróleo, el gas y el carbón en todo el mundo antes de 2030 para poner fin a las muertes masivas causadas por alimentar la catástrofe climática».
La acción ha generado amplias condenas, no solo del aeropuerto, que ha recalcado que se reserva el derecho de emprender acciones legales. Asimismo, ha señalado que los activistas ponen en peligro las operaciones de vuelo y, en última instancia, vidas humanas, también de políticos «de todos los colores» en Alemania.
El ministro de Transporte, Volker Wissing, del partido liberal FDP, ha sostendo en declaraciones al diario BILD, el más leído en Alemania, que, «obviamente, los activistas climáticos quieren causar el máximo daño» y que «el legislador debe reaccionar con la máxima severidad». «Ya hemos puesto en marcha sanciones más duras para este tipo de actividades delictivas», ha añadido.
El Consejo de Ministros aprobó a mediados de julio un endurecimiento de la Ley de Seguridad Aérea, de manera que quienes invadan las pistas de despegue o aterrizaje de los aeropuertos sin autorización se enfrentarán a penas de prisión de hasta dos años. Además, si llevan consigo objetos prohibidos, pueden enfrentarse a penas de hasta cinco años.
Según BILD, la Policía Federal aumenta las medidas de seguridad en los principales aeropuertos a raíz de esta serie de acciones, ya que el pasdo miércoles tuvo lugar una similar en el aeropuerto de Colonia/Bonn donde varios activistas se pegaron a las pistas.
El grupo Última Generación, junto a otras asociaciones afines, ya ha llevado protestas a favor de un tratado internacional de eliminación progresiva de los combustibles fósiles en Estados Unidos, el Reino Unido, Austria, Países Bajos, Suiza, Canadá, Suecia, Finlandia, España y Noruega.
En Oslo, según el comunicado del grupo, ocho personas de Folk Mot Fossilmakta y Scientist Rebellion Norway bloquearon la facturación rápida del aeropuerto de Gardermoen a las 03.10 GMT, provocando grandes colas.
Según la agencia noruega NTB, esta acción no afectó al tráfico aéreo en el aeropuerto más grande del país nórdico.
En España, en la mañana del jueves cinco activistas climáticas de Futuro Vegetal se colaron en las pistas del Aeropuerto de Barcelona portando pancartas en las que podía leerse ‘El petróleo mata’ y ‘La carne también’. La policía, según al organización, las interceptó acusándolas de intentar bloquear el tráfico aéreo y deteniendo a una de las activistas por supuesto delito de daños contra la valla del recinto.