

Etiquetas:
En el último lustro (desde la pandemia), la comunidad científica se ha visto cuestionada, criticada e incluso amenazada sin fundamentos mediante el impulso de grupos ultras y negacionistas. El ascenso al poder de perfiles como Donald Trump y Javier Milei están contribuyendo a que haya cada vez más desconfianza pública en los científicos. Y a raíz de esta problemática, una encuesta pionera en España realizada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (dependiente del Ministerio de Ciencia) busca arroja luz en torno a las actitudes populistas relacionadas con la ciencia y temas como el cambio climático.
Las conclusiones del estudio, titulado Confianza en la ciencia y Populismo científico en España, se han publicado este viernes. En total, se hicieron 987 entrevistas vía web entre el 1 y el 15 de febrero de 2023, quedando fuera cuestiones tan relevantes como la dana de octubre de 2024, que causó la muerte de más de 220 personas en varias provincias españolas.
En el bloque dedicado al cambio climático, a la pregunta de cuáles son las principales emociones que suscita este problema, las que más se han repetido son indefensión, pesimismo y enfado. En este sentido, las emociones aumentan en intensidad entre quienes confían más en los científicos y científicas del clima.
Por género, las mujeres sienten, en mayor medida que los hombres, ansiedad, culpabilidad, vergüenza y depresión. Los hombres, en cambio, se muestran más indiferentes. Si se considera la edad, hay una gran ambivalencia. Por un lado, los grupos más jóvenes se sienten en mayor medida culpables y, por otro, también más indiferentes que el resto. Y si se analizan las respuestas en función del nivel de formación, se observa que quienes tienen estudios universitarios se sienten indiferentes en mayor proporción que quienes tienen estudios secundarios.
¿Se confía en la comunidad científica?
De las casi mil personas entrevistadas por la FECYT, algo más de la mitad (53,6%) confía en los científicos y científicas que trabajan en temas relacionados con el cambio climático. Paradójicamente, si bien el grado de confianza es algo mayor en hombres que en mujeres, un 10,2% de ellos muestra nula confianza (0 de 5), porcentaje que baja hasta el 4,5% en el caso de las mujeres.
A la hora de preguntar sobre los objetivos que debe priorizar la comunidad científica, más de la mitad (52,9%) sitúan como máxima resolver problemas energéticos relacionados con el desarrollo de las energías renovables o la seguridad energética, mientras que un 30,2% la sitúa en el nivel 4 de 5.
El Gobierno no hace lo suficiente… según los encuestados
El informe también incluye una serie de preguntas relacionadas sobre el papel del Gobierno (la encuesta se hizo en 2023, cuando gobernaban PSOE y Podemos) para hacer frente al cambio climático. Por ejemplo, un 50,4% cree que el Ejecutivo no se toma en serio las preocupaciones de la gente y un 48% considera que el Gobierno miente sobre la eficacia de sus acciones. Además, un 54% señala que no hacen lo suficiente para mitigar los efectos del calentamiento global y un 50,5% cree que el Gobierno español no protege a las generaciones futuras (frente al 18,9% que piensa que sí). No obstante, hay que destacar que en todas las preguntas relacionadas con el Gobierno, la respuesta más habitual ha sido 3 (de 5), es decir, una postura intermedia.
La influencia del cambio climático en eventos extremos
Aunque la DANA sucedió después de que se hiciera la encuesta, en los últimos años ha habido diversos eventos extremos que han impactado con fuerza en España y países cercanos. Así, preguntados por la influencia del cambio climático en el aumento de fenómenos meteorológicos extremos, la respuesta media más baja es 3,8 (de 5), por lo que la mayoría de las personas entrevistadas son conscientes de que el cambio climático juega un papel clave, sobre todo en las olas de calor y las sequías. Por género, los hombres puntúan ligeramente más alto que las mujeres.
¿Qué medidas reclama la gente?
En general, una gran mayoría respalda que se lleven a cabo diferentes medidas contra el cambio climático. Un 76,8% expresa su apoyo a aumentar el uso de energías sostenibles como la eólica y la solar, y un 70,9% de las personas manifiestan un alto apoyo a la ampliación de la infraestructura del transporte público. En cambio, cuando se les pregunta por subir los impuestos en sectores contaminantes como los combustibles fósiles o la carne, el rechazo aumenta (39,9% en el caso del primero y 41% en el segundo) y un alto porcentaje adquiere una posición moderada.
Desde la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología se ha pedido a las personas participantes valorar ciertas aplicaciones tecnológicas, teniendo en cuenta si creen que sus beneficios son mayores que los perjuicios que ocasionan. Un 48,9% considera que los aerogeneradores tienen más pros que contras y solo un 10,2% piensa lo contrario. El resto mantienen una posición intermedia. Y respecto a otra energía, en este caso la nuclear, el rechazo es de un 45% frente al 25,7% que cree que aporta más que resta.
Luego, preguntados por el fracking (método para extraer combustibles fósiles), el 58,5% se ha decantado por una posición intermedia, un 20,7% considera que tiene mayores riesgos que beneficios y 11,4% cree que tienes más puntos buenos que malos. Estos datos pueden deberse a "un desconocimiento de la tecnología", señala Celia Díaz, investigadora de la Universidad Complutense de Madrid y una de las codirectoras científicas del estudio, en un encuentro organizado por SMC España.
¿Cómo se informa la gente sobre ciencia?
La investigación también explora otras cuestiones relevantes como el consumo de información científica. Según se desprende de la encuesta, la gente se informa más sobre ciencia a través de programas de noticias o documentales en TV o radio, artículos de noticias en sitios web o aplicaciones de noticias y redes sociales (como Facebook, Instagram, TikTok o YouTube).
Respecto a qué actores se consideran más adecuados para comunicar acerca de los avances científicos y tecnológicos, las universidades y centros públicos de investigación (31,8%) y los centros de investigación privados (18,3%) son los más señalados. En tercer lugar están los divulgadores científicos en redes sociales y blogs, y en el cuarto puesto las asociaciones de protección del medio ambiente. Los periodistas figuran como sexta opción para informarse de temas científicos con solo un 5,6%.
La mayoría de la población entrevistada se muestra muy de acuerdo con que la comunidad científica debería comunicar la ciencia al público general y que estos deberían permanecer independientes y trabajar estrechamente con los políticos para integrar los resultados científicos.
Otro dato relevante recogido en el informe es que la mayoría de la población (81%) manifiesta no haber asistido nunca a concentraciones públicas relacionadas con la ciencia y la tecnología en el último año.
“Los resultados nos muestran que las comunidades científicas tienen dos retos importantes: por un lado, favorecer la apertura del personal científico para recibir retroalimentación y opiniones de otros públicos. Por otro lado, facilitar la información científica en actividades y medios de uso más cotidiano para el público general” señala Celia Díaz.
“Una mayoría de personas está de acuerdo con que la investigación tiene un papel muy relevante que jugar en nuestra sociedad, pero en cierto modo se sienten excluidas. Piensan que la investigación no aborda temas que son importantes para ellos y consideran que los científicos no tienen en cuenta otras opiniones. Desde la investigación y su comunicación deberíamos hacer un esfuerzo por ser más transparentes y escuchar y comprender las opiniones y preocupaciones de la gente”, apunta Cintia Refojo, responsable de la Unidad para el Avance de la Comunicación Científica de FECYT y una de las coordinadoras del estudio.
Este estudio, de carácter internacional, se engloba como parte del proyecto TISP (Trust in Science and Science-Related Populism, Confianza en la ciencia y populismo científico), un consorcio de más de 240 investigadores de todo el mundo que pretende analizar los factores que afectan a la confianza en la ciencia y el populismo científico en 68 países.
Yo en quienes no tengo confianza alguna es en la población de este país.
Un 90% desinformada y aborregada. Dicen que no creen en el periodismo, pues yo no creo en el periodismo que veo a ellos «informarse».
Dicen que no creen en los políticos; pero gracias a sus votos tenemos al francofascismo devolviéndonos a sus mejores tiempos.
No se mueven para reivindicar causa justa alguna, no se mueven por un mundo más justo. Se limitan a echar la culpa de todo a los políticos, sobre todo a los que no son de derechas. Son tan cortos que ni siquiera ven que los políticos sólo son sirvientes que cumplen las órdenes del amo.
Así le va al país, a esta gran «democracia», cuya jefatura de estado nos fué impuesta por una dictadura.