César A. Ipenza, el abogado que lucha contra la destrucción de la Amazonia

Especializado en delitos medioambientales, dedica su carrera a defender a las comunidades nativas y a denunciar las actividades ilícitas en la mayor selva tropical del mundo.
César A. Ipenza, el abogado que lucha contra la destrucción de la Amazonia
César A. Ipenza en una foto cedida por él. Foto: Universidad del Pacífico.

César A. Ipenza es un abogado peruano especializado en delitos medioambientales. A lo largo de su dilatada carrera, Ipenza ha asesorado a dos ministros del Ambiente de Perú –entre 2008 y 2011 a Antonio Brack, y entre 2016 y 2018 a Elsa Galarza–, y ha aconsejado al Estado en normativas vitales para la defensa del medio ambiente y las comunidades nativas, entre ellas el derecho de consulta de los pueblos indígenas o el Acuerdo de Escazú. Asesor externo de la Fiscalía peruana para los delitos ambientales y el crimen organizado, su trabajo le lleva inevitablemente a la Amazonia, desde donde denuncia las actividades ilícitas que están poniendo en peligro el pulmón del mundo: la deforestación, la minería ilegal, el narcotráfico.

«La cifra de deforestación creció tremendamente en pandemia y se debió en gran medida a que muchas personas regresaron a sus lugares de origen. Como no tenían oportunidades, fueron al monte y comenzaron a tumbar [bosques] para cultivar. También crecieron abismalmente actividades ilegales como el narcotráfico y la minería ilegal», explica Ipenza, cuya familia lleva más de un siglo dedicada al cultivo de café en la Amazonia central, en Villa Rica. «El 47% de las emisiones de gases de efecto invernadero son producto del cambio de uso de suelo: voy y tumbo el bosque, cultivo, y como el suelo es pobre, me voy al costado y sigo tumbando y produciendo», añade. 

En una videollamada con Climática, Ipenza desgrana la última dispositiva legal aprobada por el Congreso peruano que afecta al medio ambiente: la reforma en la Ley Forestal y de Fauna Silvestre. Ratificada en enero de 2024, esta normativa permite legalizar las tierras deforestadas por empresas y particulares, y antepone la vertiente económica a la medioambiental, razón por la que las competencias radican en el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego. Es un texto legal tan cuestionable que, antes de aprobarse, la entonces ministra del Ambiente, Albina Ruiz Ríos, dijo que «regulariza las actividades ilegales vinculadas a la deforestación, generando presión en el bosque en pie, emisiones de gases de efecto invernadero y acelerando la pérdida de nuestro patrimonio natural». El director del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre también mostró su preocupación por las facilidades para el cambio de uso de suelo, teniendo en cuenta que «es la principal causa de la deforestación y degradación de suelos en nuestro país».

Pese a las muestras autorizadas que pedían rechazarla, el Parlamento aprobó esta ley. «Estamos en una situación complicada para la democracia: nos gobierna una alianza de delincuentes. Cada día es más vergonzoso», lamenta Ipenza, quien, al ser preguntado por una solución impuesta por la comunidad internacional para proteger la Amazonia, reconoce la soberanía de los países y encuentra la solución en la ciudadanía: «El Tratado de Cooperación Amazónica reitera la soberanía de los ocho países amazónicos sobre la Amazonía. Más allá de nuestros gobiernos fallidos, corruptos y cuestionables, toca insistir en el rol de la ciudadanía. Aunque sea difícil, los ciudadanos tenemos que presionar a las autoridades y utilizar las herramientas que nos da el Estado de derecho».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Siguiente artículo

Artículos relacionados