Mikel Otero (EH Bildu): «Es muy peligroso el todo o nada del decrecimiento»

El diputado vasco fue la única voz disonante de la conferencia que días atrás reunió en el Congreso a una corriente del ecologismo que pide romper con el modelo social y económico basado en el crecimiento.
Mikel Otero (EH Bildu): «Es muy peligroso el todo o nada del decrecimiento»
Foto: Mikel Otero.

Tiempo. Escala. Mayorías. Con esos tres conceptos apuntados en un papel, Mikel Otero, diputado por EH Bildu, un dirigente con mucha militancia dentro del ecologismo vasco, participó de la conferencia Más allá del crecimiento, celebrada días atrás en el Congreso. Fue el único orador que escarbó en las enormes dificultades de ejecutar una tesis compartida –la necesidad de abandonar el capitalismo para evitar un colapso climático– con unas correlaciones de fuerzas que hoy solo pueden garantizar “conquistas parciales e incompletas”. 

Otero reconoce que el debate del decrecimiento es “inaplazable”. A su juicio, el sobrepasamiento ecológico ha pasado de ser “un tema importante, a ser el tema más importante de nuestro tiempo”. Sin embargo, romper con un modelo social y económico basado en el crecimiento choca con tres limitaciones: el tiempo, la escala y las mayorías. 

¿Por qué es tan necesario poner la lupa en esos tres conceptos?

Porque a partir de una idea feliz de cuestionar el crecimiento entramos en varios problemas. Tú puedes apuntar a esa sociedad decrecentista que anhelas, pero tu realidad cotidiana no es esa. Estás metido en una sociedad en la que rigen las reglas del capital. Entonces, tenemos que tener la imaginación suficiente para anhelar ese horizonte de deseo, pero siendo muy conscientes de que los pasos a dar en busca de ese horizonte lo tenemos que hacer dentro de las lógicas en la que estamos. La disociación entre lo que soñamos y los pasos que tenemos que dar genera un abismo que nos lleva a no dar nada por bueno ni dar ningún paso. Tenemos la obligación de trasladar la idea de que esta transformación –el decrecimiento– es demasiado compleja como para aferrarnos a un fetiche que nos impida valorar los pasos efectivos, imperfectos tal vez, que sí podemos dar. Toca escala de grises, toca barro y toca aceptar avances parciales.

Tiempo, escala y mayorías. ¿A qué se refiere?

Respecto al tiempo: si no conseguimos actuar con cierta contundencia en los próximos años, vamos a tener unas condiciones materiales que van a imposibilitar los grandes cambios que anhelamos. No podemos arriesgarnos a hacer una acumulación de fuerzas revolucionarias que en un futuro plasmen el decrecimiento. No, tienes que actuar hoy. Con lo que puedas y con la correlación de fuerzas que hay. Podemos diseñar escenarios de futuros perfectos, pero si no actuamos con celeridad van a quedar en un papel. Ahora bien, si las medidas que queremos plasmar requieren acción de gobierno y acción legislativa, lo que necesitamos es una mayoría para lograr estas transformaciones. Es decir: hay que acceder a los gobiernos. Caso contrario, lanzaremos soluciones perfectas, sin ser capaces de materializar nada. Esto requiere conectar con la sensibilidades de las mayorías para que les haga apetecibles tus programas.

La escala es la tercera pata.

Exacto. Hemos centrado muchos esfuerzos en las pruebas pilotos y en las experiencias alternativas. A todos nos ha servido como fuente de inspiración. Desde la ecoaldea a la comunidad energética de un barrio. Pero como el tema del cambio climático tiene una escala global, nos sirve de poco tener los veinte ejemplos de lo bien que lo estamos haciendo en diferentes sitios si no le podemos dar una escala de transformación real. En nuestra fuerza política esto nos resulta complicado. En Bildu confiamos mucho en el municipalismo, en la escala pequeña. Pero debemos ser conscientes de que una solución que podemos aplicar para 300 habitantes de un pueblo, tal vez no sirva para una ciudad como Bilbao donde viven un millón de personas. 

Esto quiere decir, por ejemplo, que los grandes proyectos de energía renovables, tan cuestionados en los territorios, son indispensables. 

Nos aferramos a experiencias muy bonitas que nos dan porcentajes de descarbonización muy pequeños. Tal vez el listón de la excelencia no puede ser para todas las políticas públicas. Esto nos obliga a negociar duramente con la realidad. Esto no quita que se están haciendo muchas cosas mal en los territorios. No debemos admitir por las prisas que las cosas se hagan mal, pero tenemos que meter el elemento de la escala y pensar los volúmenes energéticos que funcionan en nuestra sociedad. Es una realidad cruda de asimilar para ciertos sectores del ecologismo, pero hay que asumirla con honestidad.

¿Se siente cuestionado por una parte del ecologismo al decir esto?

Participé durante muchos años de la movilización social vinculada al ecologismo. Tal vez el salto a lo institucional me ha dado otra perspectiva. La tensión es necesaria. La entiendo. Cuando estaba del otro lado intentaba generar cierta tensión con aquellos que, ubicados en la misma trinchera, estaban en cargos institucionales. El problema viene cuando se pasa de la tensión a no dar nada por bueno, cuando todo es insuficiente. Del otro lado tenemos a un capitalismo fósil que está haciendo muchísima fuerza para que nada cambie.

¿Qué ejemplo pondría para reflejar esa tensión entre lo ecológicamente necesario y lo políticamente posible?

Uno muy cercano: la Ley de Movilidad Sostenible. Si uno se pone muy estricto es una ley floja. Se dejan muchas transformaciones pendientes de desarrollos posteriores. Una ley es el momento ideal para dar carpetazos, tal como se pedía desde los movimientos sociales. Hemos podido meter la idea, pero las medidas han quedado en diferido. Ver esta aprobación desde el punto de vista de lo que pide el momento ecológico puede llevarnos a caer en la tentación de decir que no sirve para nada. El dictamen de la ley fue muy ajustado, con una mayoría a nuestro favor. Las enmiendas que realmente tenían un componente transformador, que exigían las organizaciones, lograron 30 votos de 350. Es decir, la correlación de fuerzas para una transformación profunda es hoy de 1 a 10 en contra. 

¿El decrecimiento omite esas tres variables (el tiempo, la escala y las mayorías)?

Todo el mundo tiene que ser honesto en este juego. Por eso, el todo o nada del decrecimiento es muy peligroso. Más en una coyuntura en la que del otro lado hay todo un sector político intentando tirar por tierra todas las medidas que van en dirección de una transición ecológica. Necesitamos una alianza mínima entre quienes levantan las banderas del decrecimiento y quienes desde adentro de las instituciones estamos intentando arrancar conquistas para las necesidades ecológicas. Porque todos estamos de acuerdo que “dentro del capitalismo no hay solución posible a la crisis climática”, como se repitió en el Congreso. Pero en la política pública de todos los días, esa frase sirve de poco. Sirve para mantener un horizonte y para no despistarnos del objetivo final. No para el barro de la política.

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  1. CUANDO UNO SE CENTRA EN LA GUERRA Y SE INVENTA FALSOS ENEMIGOS, ADEMAS DE LLEVARNOS A LA MUERTE Y A LA PRECARIEDAD FINANCIANDO CON NUESTROS IMPUESTOS LAS GUERRAS DEL CAPÌTAL,, SE DESCUIDA EL MAYOR PROBLEMA QUE TENEMOS HOY LA HUMANIDAD: LA MADRE TIERRA ESTA EN LA UVI Y NO PARECE ENTERARSE O PREOCUPARSE NADIE.
    La UE propone multiplicar por 4.000 el glifosato permitido en aguas.
    Ante la propuesta de revisión de la Directiva de Sustancias Prioritarias, que permitiría 398,6 microgramos de glifosato por litro de agua, España debe mantener el actual límite, más protector, de 0,1 microgramos por litro.
    Aumentar 4.000 veces la cantidad permitida de glifosato supondría permitir legalmente una grave contaminación de las aguas que pondría en mayor riesgo a la biodiversidad y a la salud.
    La reciente propuesta de revisión de la Directiva de Sustancias Prioritarias europea, que actualiza las normas de calidad ambiental para diversos contaminantes en aguas superficiales y subterráneas, propone un límite peligrosamente elevado para el herbicida glifosato en las aguas superficiales: 398,6 microgramos de herbicida por litro de agua.
    El límite que se ha venido aplicando hasta ahora según la ‘Guía para la evaluación de estado de las aguas superficiales y subterráneas’, documento utilizado por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico para el control de la contaminación del agua, es 0,1 microgramos de glifosato por litro de agua, 4.000 veces inferior al propuesto.
    Ecologistas en Acción alerta al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) de que aumentar 4.000 veces la cantidad legalmente permitida para el glifosato al trasponer la Directiva puede ser tentador, porque muchas aguas contaminadas aparecerían como legalmente limpias, pero en la práctica supondría permitir legalmente una contaminación muy elevada que pondría aún en mayor riesgo a las aguas españolas, un tercio de las cuales están contaminadas por este tóxico, según datos oficiales de glifosato en aguas españolas en los años 2021 y 2022 del propio MITERD que la organización recogió en su estudio ‘Nadando en glifosato’.
    Además, podría suponer un grave peligro para la salud pública y aumentar el coste de potabilización si acaba contaminando zonas de abastecimiento de agua potable.
    Es muy probable que la revisión de la Directiva de Sustancias Prioritarias sea finalmente aprobada a final de año, ya que fue adoptada por el Trílogo de la Comisión, el Consejo y el Parlamento Europeo. Pero España no tiene la obligación de adoptar los límites propuestos. Por eso, Ecologistas en Acción le recuerda al MITERD que puede y debe mantener el límite actual para el herbicida glifosato, más protector de la naturaleza y la salud…
    https://www.ecologistasenaccion.org/349412/la-ue-propone-multiplicar-por-4-000-el-glifosato-permitido-en-aguas/

  2. LA DICTADURA DEL CAPITAL, A LA QUE LLAMAIS LA DEMOCRACIA, ES EL PROBLEMA, ES LA BARBARIE.
    LA SOLUCION: REGIRNOS POR UN VERDADERO SOCIALISMO.

    «Ayer» grandes tiburones del sistema capitalista denunciaban a Greenpeace:
    El veredicto del jurado popular reclama a Greenpeace USA más de 660 millones de dólares en el juicio SLAPP de Energy Transfer.
    Según Greenpeace Internacional, las SLAPP o ‘demandas mordaza’ están siendo utilizadas por empresas como Energy Transfer para silenciar a las organizaciones sociales y activistas con procesos judiciales y empujarlas a la bancarrota.

    «Hoy» lo hacen a la Asoc. ecologista «Salva la Selva»
    Petición
    Pedimos una ley anti mordaza contra todas las formas de intimidación.
    Estimadas amigas y estimados amigos de Salva la Selva: 
    Por una campaña que hicimos en Indonesia ya enfrentamos un juicio en Hamburgo. Más recientemente, por nuestro compromiso con los derechos indígenas, en este caso en Brasil, recibimos cuatro advertencias y requerimientos de cesar nuestras acciones, enviados por una abogada alemana. También recibimos una amenaza de demanda.
    Tenemos claro que se trata de ataques diseñados para intimidarnos
    En ese sentido, el gobierno alemán está preparando una ley para combatir este tipo de demandas intimidatorias (conocidas como SLAPP, por sus siglas en inglés, que además, significan «bofetada»).
    Una ley Anti-SLAPP debe ser contundente
    La debilidad de la ley en preparación queda de manifiesto con las cuatro cartas del despacho de abogados que nos amenazan. El ámbito extrajudicial no está protegido. Muchas veces, estas advertencias, demandas de cese y amenazas legales buscan silenciar a personas y organizaciones críticas.
    En nuestro caso, nos hemos podido defender. Pero lo mismo no es posible para todas las organizaciones y personas amenazadas.
    Ayúdanos con tu firma a exigir que esta ley proteja efectivamente también el ámbito extrajudicial.
    https://www.salvalaselva.org/peticion/1313/necesitamos-una-ley-anti-mordaza-contra-todas-las-formas-de-intimidacion?mtu=647353543&t=28867

  3. Inoportuno editorial de El País: Una visión desenfocada del problema nuclear en España.
    Estimada/o Sra./Sr.: Dada la falta de información contrastada que contiene el Editorial de El País de 25 de octubre titulado “Inoportuno apagón nuclear”, las organizaciones del ecologismo social abajo firmantes, queremos hacer llegar a la opinión pública y a ustedes en particular esta carta abierta, que no tiene otra pretensión que exponer a la ciudadanía algunas cuestiones sobre el negocio nuclear de las compañías eléctricas.
    Las intenciones de estas empresas podrían quedar resumidas con una frase: los gastos/costes para la ciudadanía y los beneficios para nosotros. Así cualquiera sabe hacer negocios. Las personas conectadas a la red eléctrica ya hemos pagado en el recibo de la luz, entre 1985 y abril de 2005, unos 2.165 millones de euros por los residuos radiactivos producidos en las nucleares (Plan de Residuos Radiactivos 2006). También pagamos hasta el año 2015, los 6.000 millones de euros de la moratoria nuclear, es decir del negocio fallido de unas centrales nucleares que nunca llegaron a funcionar. Ahora nos enfrentamos a la posibilidad de que les reduzcan los impuestos y la tasa para los restantes residuos radiactivos, una subvención que les permita seguir funcionando más allá de los cuarenta años para los que fueron diseñadas, con un riesgo evidente para la salud y la seguridad de las personas.
    Pero vayamos por partes. No es verdad que el gobierno español fijara el calendario de cierre, éste fue pactado voluntariamente por las compañías propietarias de las centrales nucleares con ENRESA, y la razón por la que lo hicieron fue que no les salían los números. Ya en 2017 hacían públicas sus quejas sobre la falta de rentabilidad de las nucleares si los precios de la electricidad no son altos. Ahora las cuentas tampoco salen pero esperan exprimir más el negocio forzando la subvención del Estado mediante una “quita” de impuestos y tasas sobre sus residuos. En el caso de las Comunidades de País Valencià y Extremadura parece que lo han conseguido. Pero una reducción de la Tasa ENRESA, o tasa dedicada a pagar los 20.000 millones de euros que ENRESA calcula que costará la gestión de los residuos hasta el año 2100, significa que tendremos que cargarlos de nuevo a los usuarios en el recibo de la luz. O peor, se quedará a cargo de las siguientes generaciones.
    Hablan ustedes de la dependencia del gas ruso como excusa para alargar las nucleares, argumento éste que usó un diputado del PP en el Congreso de Diputados. Un argumento ridículo teniendo en cuenta que los concentrados de uranio comprados por ENUSA en 2023 ha sido sobre todo de Kazajistán (66%), de Uzbekistán (11%), de Namibia (9,7%), Rusia (6,3%), de Níger (3,4%), Canadá (3%) y Sudáfrica (0,9%). Es decir, el 83% de la órbita rusa, 14% de África, y solo un 3% de un país occidental. (datos del Foro Nuclear Energía 2024). Además Rusia posee el 44% de la capacidad mundial de producción de uranio enriquecido, un material con el que se hace el combustible nuclear. No hay independencia ni seguridad energética en la electricidad nuclear. ¿Quieren cambiar una dependencia por otra? El estado español tiene una dependencia energética (no confundir con electricidad, que representa un 20% del total de la energía) de cerca del 75% del exterior, cuando la media europea tiene un 55%. ¿No creen que lo razonable sería invertir todo ese dinero que requiere alargar la vida de las centrales nucleares en investigación para conseguir cuanto antes mejor un sistema energético 100% renovable?
    El apagón del 28 de abril, no se produjo porque no tengamos suficiente generación. El Estado español tiene más del doble de potencia eléctrica instalada de la que utiliza durante los picos de consumo y hace años que las renovables lideran esa producción durante muchas horas. Puestos a aclarar la estabilidad que se supone aporta la nuclear, hemos de decir que cuando se procedió a poner de nuevo en marcha el sistema eléctrico, ninguna central nuclear formó parte del proceso de arranque. Comenzó por una central hidráulica autónoma, suministro desde Francia, energía solar y ciclos combinados. No hubo rastro de electricidad nuclear hasta el 30 de abril y el parque nuclear no recuperó el nivel de generación de antes del apagón hasta el 6 de mayo.
    Para terminar, dos cosas más referentes a su Editorial. ¿No han pensado que si algo ha demostrado la guerra de Ucrania o el bombardeo de EEUU en Irán es que las centrales nucleares son objetivo militar? Nosotros tenemos 7 objetivos para un posible enemigo.
    La otra es sobre la lucha contra el cambio climático: la energía nuclear aporta solo el 9-10% de la electricidad mundial y emite el doble de CO2 que la fotovoltaica y 6 veces más que la eólica. Según un artículo titulado “El Espejismo Nuclear” de Marcel Coderch, uno de los expertos en energía más importantes del país, para que esta aportación fuera significativa deberíamos construir en el Mundo 4.500 reactores nuevos de 1 GWe, es decir un reactor cada dos días durante los próximos 25 años. Pero la media de construcción de este siglo sale a 5 centrales por año. La clave para combatir el cambio climático está en las renovables, no en la nuclear.
    Amigas y amigos de este diario, el dinero no debe poderlo todo. Lo que debe valer por encima de todo es decir la verdad a la ciudadanía y que así, democráticamente, pueda decidir con toda la información en la mano. A nuestro entender, el editorial que nos ocupa no contribuye a ello.
    Muchas gracias.
    Entidades Firmantes:
    Movimiento Ibérico Antinuclear, Ecologistas en Acción.

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