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El Banco Santander se encamina a un año de beneficios históricos. Los primeros nueve meses de 2024, al menos, así lo han sido. La entidad cántabra se ha embolsado unas ganancias de 9.309 millones de euros, la cifra más alta conseguida entre enero y septiembre, un 14% más que en el mismo periodo del año anterior a pesar de la bajada de tipos de interés y en medio del debate sobre la continuidad o no del impuesto extraordinario a la banca y las energéticas.
La entidad financiera ha explicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que estos datos son fruto de un “fuerte crecimiento de los ingresos en todos los negocios globales y regiones”, hasta llegar a los 46.185 millones de euros, y de un aumento en el número de clientes, que ha crecido en cinco millones.
“Hemos logrado un crecimiento fuerte y rentable, con un aumento del beneficio por acción del 19%. El margen de intereses y los ingresos por comisiones suben, la calidad crediticia es sólida, y la transformación nos permite aumentar los ingresos muy por encima de los costes. Todo esto demuestra tanto la fortaleza de nuestra diversificación por negocios y países, como los avances en la ejecución de nuestra estrategia”, asegura la presidenta del Santander, Ana Botín, en un comunicado.
La presentación de resultados se produce apenas dos semanas después de que una investigación académica señalase a la entidad cántabra por financiar la destrucción de la Amazonia brasileña y las turberas indonesias, ecosistemas claves en la captura de enormes cantidades de dióxido de carbono que, de otra manera, acabarían en la atmósfera calentando el planeta. De acuerdo con el informe, el Banco Santander ocupa el puesto 18 a nivel mundial de entidades que proporcionan y facilitan flujos financieros a empresas vinculadas a la deforestación en la Amazonia, con unos 9.500 millones de dólares, un 2,1% del total entre 2014 y 2023.
La principal empresa financiada por la entidad española es la brasileña Engelhart, cuyo negocio es el comercio de materias primas. A ella se le atribuye haber deforestado 432 hectáreas de la Amazonia. Según el estudio, el Santander habría aportado 793 millones de euros de financiación. También se vincula al banco con las multinacionales cárnicas Minerva y Marfrig, responsables, según el informe, de la deforestación de 33.289 y 28.171 hectáreas, respectivamente.




