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Redes sociales, tecnología y comunicación climática

Hace unos días se presentaba el libro 'Ética de la comunicación ambiental y del cambio climático' (Tecnos), coordinado por Maite Mercado y Gemma Teso. Este artículo hace referencia a uno de los capítulos, centrado en la paradoja de que estar informados e informar (o desinformar) sobre las causas y consecuencias del cambio climático también requiere extraer materiales en zonas de conflicto y aumentar las emisiones.
Redes sociales, tecnología y comunicación climática
Foto: por cada 80 gramos de peso de un móvil se necesitan más de 44 kilos de materiales para la producción, uso, reciclaje y eliminación del producto.

La irrupción de las redes sociales en los últimos 30 años ha favorecido el acceso a la información en general, y a la información ambiental y climática en particular. Programas de televisión como Espacio protegido, en Canal Sur —que se puede ver por Internet—, las secciones especializadas de medios de información generalistas o los medios especializados como Ballena Blanca y Climática tienen en las redes sociales un gran aliado para su difusión y alcance ante un número de internautas cada día mayor. Además, existen otras formas de comunicación a través de las redes sociales que permiten otras formas de información, como los podcasts, algunos convertidos en referencia como Estamos muy verdes, de Isabel Moreno e Irene Baños, o Greenflags, de Greenpeace.

Leer noticias, periódicos o revistas online y usar las redes sociales están entre los principales usos que realizan los internautas en España y los medios de comunicación. A través de las redes sociales difunden su información con un marco centrado en la educación ambiental y las condiciones ambientales dando voz a profesionales mediadores y mediadoras y activistas. Sin embargo, en los medios de comunicación se da voz a la clase política (especialmente hombres) y pocas veces a activistas, con el foco en las catástrofes ambientales o los aprovechamientos.

Gran parte del consumo de esta información ambiental y climática se realiza a través de teléfonos móviles. Una tecnología que desde los 15 años toda la población española (96%, según el INE, 2022) posee en sus bolsillos. Este consumo masivo está provocando gran cantidad de residuos tecnológicos, el aumento del consumo energético y de emisiones de dióxido de carbono (CO2). Como indican las investigaciones, por cada 80 gramos de peso del teléfono se necesitan más de 44 kilos de materiales necesarios para la producción, uso, reciclaje y eliminación del producto.

Los materiales utilizados van desde plásticos y aluminio, zinc o cobre hasta cobalto, plata u oro. Materiales que también son utilizados para otros muchos electrodomésticos de los que disponemos en nuestros hogares como aires acondicionados, microondas, juguetes eléctricos, lámparas LED, calculadoras, impresoras, ordenadores… La extracción y comercialización de algunos de estos materiales se realizan en situaciones de pobreza, corrupción, explotación infantil, refugiados o genocidios, especialmente con los minerales denominado de sangre o en conflicto, como ocurre con el cobalto en el Congo.

La basura electrónica generada tras un uso moderado de estos elementos tecnológicos provoca 54 millones de toneladas métricas de e-waste, 7,3 kg por persona. A todo esto debemos sumarle el consumo energético y la necesidad de espacio para la electrificación así como la contribución creciente a las emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático, del sector de las TIC hasta el 3% del total y en alza.

A su vez, estamos viviendo otra realidad en las redes sociales: las personas que divulgan y comunican las causas y consecuencias del cambio climático están siendo acosadas, insultadas y amenazadas. Por otra parte, desde las redes sociales y algunos medios de comunicación se reproducen y alimentan bulos y noticias falsas con interés económicos.

Vamos a necesitar la colaboración de todas y todos en esta tarea, así que las empresas tecnológicas deberán mostrarse más respetuosas con el medio ambiente, con las formas de extractivismo, con los lugares y en las condiciones que se extraen los recursos, qué materiales y qué energía se utiliza y qué residuos generan. Los medios de comunicación deben responsabilizarse de una comunicación que centre la cobertura en la salud de las personas y para ello deberá utilizar como fuentes a científicas de la salud y divulgadores como profesionales de la educación ambiental.

Ante esta realidad, también como ciudadanía tenemos una serie de obligaciones:

  • Exigir compañías tecnológicas que se planteen un modelo más justo y respetuoso con el planeta.
  • Exigir legislación de acuerdo con estas realidades de consumo, de uso de los recursos y la generación de residuos, el derecho a reparar debe convertirse en obligación de reparar por parte de las empresas de todos los elementos.
  • Exigir productos pensados en el concepto “de la cuna a la cuna” a través de un diseño de ciclos de vida infinitos o lo más cercano posible.
  • Exigir acabar con la obsolescencia programada.

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En el contexto del movimiento internacional en apoyo a Palestina, dos estudiantes de la Universidad de Lisboa escriben este artículo de opinión que conecta el genocidio en curso en Gaza con la explotación de recursos fósiles, pilar del mismo sistema responsable de la crisis climática.

COMENTARIOS

  1. “Por un tren que vertebre el territorio y enfríe el planeta”,
    Decenas de organizaciones de todo el Estado exigen al Gobierno y a la UE más y mejores servicios ferroviarios.
    Alianza por el Clima y la Coordinadora Estatal por el Tren Público, Social y Sostenible organizan este fin de semana el III Encuentro Tren y Clima.
    El evento, en el que participarán entidades de todo el Estado, servirá para diseñar estrategias conjuntas de actuación en favor de políticas de movilidad sostenible basadas en el transporte ferroviario.
    Entre el viernes 10 y el domingo 12 de mayo se celebrará en Madrid la tercera edición del Encuentro Estatal Tren y Clima. En total, se prevé la participación de 60 personas en representación de numerosas entidades de todo el Estado con un doble objetivo: por un lado, reflexionar y debatir sobre el papel del transporte ferroviario como elemento clave para el desarrollo territorial y la lucha contra la crisis climática. Por otro, planificar nuevas acciones de movilización social e incidencia política en favor del transporte ferroviario, tanto en España como en la UE, en un contexto en este último caso de renovación de las instituciones comunitarias tras las elecciones del próximo 9 de junio.
    Otras cuestiones de enorme relevancia —como la política española y europea de construcción de grandes infraestructuras de transporte o la confluencia con actores externos para la participación en movilizaciones climáticas— serán objeto de trabajo conjunto de las entidades participantes.
    Las entidades participantes en el encuentro reclamarán la priorización del ferrocarril como elemento clave para la imprescindible descarbonización del transporte.
    En opinión de Pablo Muñoz Nieto, portavoz de Ecologistas en Acción, “este encuentro, en el que participarán organizaciones de todo el Estado en representación de miles de ciudadanas y ciudadanos, simboliza la enorme demanda social por un transporte ferroviario de calidad que sea vector de desarrollo económico de los municipios y de reducción de emisiones que calientan nuestro clima y empeoran la calidad del aire. Tanto en España como en la UE, necesitamos políticas ambiciosas para aumentar el uso del tren para desplazar personas y mercancías, en detrimento de otros modos con mayor impacto como el avión o la carretera”.

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