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Cuando una serpiente muda, su piel muerta es capaz de dar una información valiosísima. Con ver los restos de lo que un día fue, Raquel sabe que se trata de un ejemplar grande y mayor. “La muda me dice el patrón de color de la serpiente, el tamaño y hacia dónde fue”, añade Jorge, que se ha encontrado otra durante las labores de inspección en un barranco de Telde, en Gran Canaria.
Ambos forman parte de la cuadrilla de 40 personas que componen estos meses STOPCULEBRAREAL, proyecto de la Consejería de Transición Ecológica y Energía del Gobierno de Canarias y del área de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria para frenar la expansión de una amenaza silenciosa y letal para especies únicas de la isla: la culebra real de California (Lampropeltis californiae).
En Gran Canaria no existían serpientes en el medio natural hasta que a finales del siglo pasado se liberaron algunos ejemplares de esta culebra originaria del sur de Estados Unidos y norte de México. En 1998 se capturó el primer ejemplar y, casi tres décadas más tarde, ha colonizado gran parte de la isla.


Existen cuatro patrones de la culebra: por un lado, pueden ser normales (negras) o albinas, y a su vez, pueden ser lineales o analilladas.
Las principales víctimas directas de la presencia de la culebra real de California son tres especies únicas del lugar: el lagarto gigante de Gran Canaria (Gallotia stehlini), la lisa de Gran Canaria (Chalcides sexlineatus) y el perenquén de perenquén de Boettger (Tarentola boettgeri). Las dos primeras son endémicas y la tercera cuenta con una subespecie endémica de la isla.
Las especies nativas de las islas juegan con una gran desventaja vital al haber evolucionado de manera aislada. Eso hace, por ejemplo, que no sepan adaptarse a la llegada de depredadores que vienen de fuera.
Hace un año, el lagarto gigante pasó a considerarse peligro crítico de extinción (el máximo nivel de preocupación) y la lisa pasó a estar en peligro (segundo nivel de preocupación) en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Y aunque el perenquén no está dentro de esas categorías, sus poblaciones han decrecido un 50% en lugares invadidos.
Más de 20.000 capturas
“Por desgracia, el objetivo nunca ha sido la erradicación de la especie en Gran Canaria”, señala el biólogo Ramón Gallo, responsable del proyecto #StopCulebraReal. Un mensaje que responde a la dura realidad, y es que la culebra ha encontrado en Gran Canaria un hábitat perfecto: clima idóneo, recursos alimenticios abundantes, facilidad para reproducirse y ausencia de depredadores. Además, pasan gran parte del año escondidas bajo tierra, por lo que las oportunidades de capturarlas son limitadas. “El diseño de la serpiente es un diseño evolutivamente muy antiguo, pero que ha llegado a nuestros días por algo”, señala el experto.
Aun así, Gallo puntualiza: «No podemos decir que no podemos erradicarla porque decir eso significaría tirar la toalla”. En este sentido, saca una lectura positiva: “Extrayendo esos ejemplares, hemos evitado el orden de cientos de miles de ejemplares que hoy en día podrían estar por Gran Canaria, con lo cual, lo que estamos haciendo es frenar su expansión”.


Trampa de cajón (izquierda) y trampa de doble embudo (derecha). E.R.
Desde 2009, se han capturado más de 20.000 ejemplares de culebras, todas contabilizadas y documentadas en una web pública que se actualiza diariamente. La mitad han sido atrapadas gracias a la ciudadanía, que pueden avisar por múltiples vías, entre ellas llamando al 112, con un Whatsapp (al 608-098-296) o a través de una app móvil específica del proyecto. La otra mitad son capturadas directamente por el personal, ya sea durante las batidas o con las 550 trampas que hay colocadas estratégicamente por la isla.
Respecto a las trampas, si bien son de gran ayuda, no termina de convencer su eficacia. Uno de los problemas que tiene es que los lagartos pueden también acceder a ellas. “Tenemos que revisarlas cada dos días porque no podemos afectar a la población que queremos proteger”, explica Gallo.
Para evitar esto, están en fase de experimentación con unas trampas selectivas donde solo entrarían las culebras, y con las que aspiran incluso a que cualquier persona pueda adquirirlas.
Impacto del cambio climático
Son las 9:30 de un jueves a las puertas de unos días con temperaturas infernales. Una cuadrilla de
#StopCulebraReal recorre diversos barrancos y rincones en busca de ejemplares. Estamos en lo que se conoce como periodo de emergencia: desde mediados de marzo hasta finales de julio, las serpientes invasoras salen más a la superficie y eso facilita atraparlas. Alrededor del 80% de las capturas se hacen en esta época. Solo en mayo se cogieron 805 culebras, el récord para un mes, y en lo que va de año rondan las 2.000.
A media mañana, uno de los miembros del proyecto revisa una de las sacas donde guardan las culebras una vez capturadas. Se percata que ha puesto varios huevos. Cada hembra puede llegar a poner entre 15 y 29 huevos, lo que se traduce en cientos de huevos por cada ejemplar a lo largo de su vida.
Todas las culebras atrapadas son llevadas a una nave. Algunas se usan para divulgación, otras para estudios, pero todas acaban siendo finalmente sacrificadas. Devolverlas a su hábitat natural, donde nunca debieron salir, no es una opción, entre otros motivos, por riesgo de enfermedades o parásitos y porque su genética es diferente a la que hay en América.

Además del equipo humano, el proyecto cuenta con dos unidades caninas formadas por cinco perros: Google, Dubai, Goku, Mamba y Russel. Los canes son fundamentales en las labores de búsqueda y en lugares como Mercalaspalmas, evitando que un ejemplar de culebra pueda llegar a otras islas como polizón en palés, un suceso que ya ha ocurrido años atrás. Por suerte, no se ha llegado a expandir en otros territorios y, hasta ahora, Gran Canaria es el único lugar en el mundo en el que se conoce que esta especie se haya instalado como invasora en el medio natural.
Actualmente, la especie se ha asentado en cuatro núcleos que abarcan desde el norte al suroeste de la isla, lo que indica que está presente ya en la mayor parte de las zonas medias y bajas de Gran Canaria. En todos ellos, la culebra ha conseguido ocupar diferentes ambientes: naturales, agrarios e incluso suburbanos. En muchos casos, se encuentra en las proximidades o en el interior de espacios naturales protegidos.
De cara a los próximos años, el aumento de las temperaturas y el cambio climático serán aliados en la expansión de la serpiente americana. «Se espera que las condiciones sean aún mejores para las culebras, haciendo que lleguen a las pocas zonas donde aún no están o no se sienten cómodas», detallaba el año pasado a Climática el investigador del CSIC Julien C. Piquet experto en el lagarto grancanario y su depredador. Según el biólogo, tras analizar lo que pasaría en el peor y en el mejor de los escenarios de calentamiento según el IPCC, la serpiente tendrá sí o sí condiciones más óptimas para su expansión en el archipiélago.



Hacia un santuario de reptiles endémicos
Los distintos reptiles amenazados por la culebra, además de que no se encuentran en ningún otro lugar, cumplen un papel importante en la polinización y dispersión de semillas de especies nativas, además de controlar las poblaciones de algunos insectos, evitando que se conviertan en plagas.
La culebra californiana, además, es una especie generalista, lo que significa que su alimentación no está restringida a una especie en concreto sino que puede ser variada. Esto implica que cualquier especie de la isla es susceptible de ser su nueva comida favorita.
No se trata de un animal peligroso para el ser humano al no tener veneno y preferir huir antes que morder. Su principal método de defensa es el camuflaje y su ataque más eficaz es el estrangulamiento, método con el acaba con la vida de sus presas.
Dentro de poco, las culebras volverán a refugiarse bajo tierra. Fuera de la época de emergencia, el proyecto se mantiene con cinco capataces que siguen dando respuesta a avisos y revisando trampas.


Lagarto gigante de Gran Canaria (izq.) y perenquén de Boettger (dcha.). E.R.
En cuanto al futuro de #StopCulebraReal, su responsable Ramón Gallo lo tiene claro: “Este proyecto no puede terminar. Solo puede acabar si se consigue acabar con el problema”. Así, lo que vaticina es que habrá una evolución natural, en la cual ya están trabajando.
El objetivo es lanzar un nuevo proyecto Life (#StopCulebraReal empezó como Proyecto LIFE+LAMPROPELTIS) que mire más a las especies amenazadas por la serpiente californiana. «Ahora ya estamos en condiciones de empezar a buscar reservorio, en estudiar estas especies tan comunes pero que apenas se les ha prestado atención…”.
“Vamos a seguir con la captura y la alerta temprana, vamos a seguir intentando innovar todo lo que podamos, pero ya estamos empezando a pensar dónde poner zona donde los lagartos estén libres de esta amenaza, una especie de reservorio o santuario”, adelanta el biólogo.
Solo 40 personas para toda la isla? Me parece poquisimo. Y deberían estar todo el año. Los habitantes de la isla deberían matarla si ven una. Y el cabildo debería pagar por cada ejemplar muerto que se entregue. Y no poner a una empresa amiga a ocuparse del problema porque no le interesaría que se acabe la teta.
Se de lo que hablo. Pónganse de acuerdo con los cazadores de la isla y den permiso para entrenar a sus perros para acabar con esta plaga. Dejen que actúen durante todo el año. Y g ratifiquen su actuación de alguna manera. Por otro lado, los gatos, matan mas lagartos que las serpientes. Acabar con los gatos que esten sueltos es imperativo y no propiciar colonias para contentar a los animalistas. El gato es mas dañino para el ecosistema que la serpiente. Antes de criticar mi comentario, informate