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Jon Martín Cullell desde Arroio do Meio (Brasil) | Arroio do Meio, una ciudad del sur de Brasil, se ha quedado sin sus dos puentes por las inundaciones iniciadas hace una semana, y lo que antes era un trayecto de diez minutos desde la otra orilla del río se ha convertido en una travesía en barca con una fila de espera de hasta dos horas para cruzar.
El puente de hierro, de casi 100 años y uno de los emblemas del municipio, sobrevivió a la famosa inundación de 1941, pero no pudo con esta. La mitad de la estructura reposa sobre la orilla unos cien metros más allá.
El segundo, uno de hormigón por el que diariamente pasaban cientos de vehículos, tampoco resistió. El río Forqueta, un pequeño afluente del Taquari, lo dobló como plastilina después de que su nivel superara los 30 metros en la mayor crecida que se recuerda en la región.
Sin puentes, los cientos de personas que van y vienen desde la ciudad de Lajeado hasta Arroio do Meio tienen que dar un rodeo de hasta cinco horas por carretera o ir en una barca de madera a motor en la que caben apenas seis pasajeros.
Acaba de amanecer y en la orilla ya hay una treintena de personas haciendo fila junto al puente derrumbado para tomar la lancha a través del agua turbia. Roberto Amaral, de 42 años, vive en Lajeado y trabaja en Arroio do Meio. Ya va con 15 minutos de retraso, pero dice que los jefes entienden. En el pico de la inundación, se quedó una semana aislado en su empresa sin poder volver a casa.
«Es una escena de guerra…», afirma, antes de avanzar a trompicones hacia el muelle improvisado, intentando no meter el pie en el fango todavía húmedo.
El sur de Brasil reporta, una semana después de las inundaciones que han hecho que el 80% de los municipios estén total o parcialmente bajo el agua, más de un centenar de muertos y 136 desaparecidos. En total, hay 1,5 millones de personas afectadas y se estima un impacto económico de al menos 18.839 millones de reales (unos 3.663 millones de dólares o 3.398 millones de euros), incluyendo 3.609 millones de reales (701 millones de dólares) para la reconstrucción de puentes.
Al timón de la barca está Fabricio Dornelles, voluntario de 44 años con chaleco naranja, que ha perdido la cuenta del número de viajes que realiza cada día: «Unos 200… Intentamos ayudar en la medida de lo posible». Al atracar en la orilla de Arroio do Meio, los pasajeros suben como pueden por una cuesta resbaladiza. Rosi Barbosa, que trabaja en un hospital que el agua no inundó por muy poco, llega arriba resoplando y se hace un selfi con dos compañeros para celebrar la conquista.
«Ya no tengo edad para hacer esto», bromea Barbosa, de 59 años, aunque se pone seria al comentar los estragos: «Todavía tenemos la ilusión de que el hombre manda, pero no es así y no aprendemos. No pueden dejar construir casas cerca del río».
El barrio de Navegantes en Arroio do Meio es toda una lección: hay cuatro calles enteras que parecen haber sido arrasadas por un huracán y un columpio que milagrosamente se mantiene en pie. Al alcalde, Danilo José Bruxel, le llueven peticiones de ayuda en cuanto pisa la calle. La reconstrucción de los puentes es una de las más urgentes.
«Las personas están volviendo a trabajar y la semana que viene reabren las escuelas. El número de cruces va a duplicarse o triplicarse y necesitamos un acceso por el río», explica.
Frente a esta emergencia, un grupo de empresarios de la región está reuniendo dinero para restaurar el puente de hierro, y en un plazo de un mes el Ejército pretende levantar una pasarela temporal mientras reconstruyen el de hormigón.
De vuelta en la orilla de Arroio do Meio, Luana Majolo, nutricionista de 29 años, se acaba de subir a la barca para ir a trabajar a Lajeado después de varios días sin acudir debido a la inundación. Está pensando en mudarse allá para ahorrarse la travesía diaria. «Espero que mi novio se mude conmigo», dice, con cara de circunstancias.
Influencia del cambio climático
Este viernes, se ha publicado un estudio de atribución para saber el posible papel que ha jugado el cambio climático en este evento extremo. Lo han llevado a cabo especialistas del ClimaMeter, proyecto de investigación de la Unión Europea y el Centro Nacional de Investigación Científica francés.
Tras un rápido análisis, concluyen que el cambio climático incrementó hasta un 15% las fuertes lluvias que provocaron las inundaciones masivas en el estado de Rio Grande do Sul en comparación con eventos similares en el pasado. Asimismo, señalan que, si bien El Niño-Oscilación del Sur pudo haber favorecido las fuertes precipitaciones, esto no explica los cambios asociados a este evento cuando se comparan los periodos pasado y presente.
En esta línea se ha manifestado el máximo mandatario de las Naciones Unidas, António Guterres: «El secretario general señala que catástrofes como ésta son un recordatorio de los efectos devastadores de la crisis climática sobre las vidas y los medios de subsistencia. (Y) reitera su llamamiento a una rápida acción internacional para frenar los efectos caóticos del cambio climático», señalaba su portavoz, Stéphane Dujarric.
Mejor en barca que en avión:
Prohibir los anuncios de aerolíneas. Nuestros pueblos, ciudades y pantallas están dominados por anuncios de lavado verde que intentan engañarnos haciéndonos creer que volar puede ser verde. Así es como la gente se está uniendo para exigir una prohibición.
Semana de acción.
Más de 500 sitios publicitarios fueron reutilizados en abril como parte de la Semana Internacional de Acción contra la Publicidad, el Patrocinio y el Lavado Verde de las Aerolíneas. Entre el 15 y el 22 de abril, participaron más de 30 grupos en más de 30 ciudades. Activistas en México, Portugal, Alemania, Francia, Bélgica, Países Bajos, Suiza y el Reino Unido idearon acciones creativas y muchos utilizaron la subversión como táctica. Reemplazaron los anuncios dañinos de las aerolíneas con carteles llamativos que pedían la prohibición de los anuncios fósiles. La semana reunió a grupos para compartir ideas creativas, tácticas y reflexiones sobre cómo podemos asegurar la prohibición de estos anuncios dañinos.
STAY GROUNDED es una red global impulsada por personas, basada en la ciencia y orientada a la acción que cuenta con más de 200 iniciativas que hacen campaña para reducir la aviación y sus impactos negativos. Nos oponemos a las estrategias climáticas de lavado verde, como la compensación de carbono y la promesa en gran medida ilusoria de los llamados combustibles de aviación sostenibles (SAF). Únase a nuestros esfuerzos por un sistema de movilidad justo que funcione para todos, ahora y en el futuro.