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Una violenta tormenta inundó varias zonas de Austria el pasado sábado por la tarde. Tal y como apuntan desde la compañía de radiodifusión pública austriaca ORF, “en Döbling, en la estación de medición de Hohe Warte, cayeron del cielo 110 litros de lluvia por metro cuadrado, el valor más alto en verano en los 152 años de historia de las mediciones en Hohe Warte. El récord histórico es de 139 litros en mayo de 1885.
Estas intensas lluvias, informan desde Euronews, “han azotado las regiones alpinas de Austria, dejando varias áreas de la capital, Viena, bajo el agua. Los medios de comunicación locales afirman que las precipitaciones han causado graves daños en algunas zonas del país y han interrumpido el transporte por carretera y ferrocarril”.
Además, añaden en ORF, una mujer de 45 años fue arrastrada bajo un autobús durante la tormenta en Viena-Döbling. Se encuentra en la UCI, pero estable.
Los eventos extremos son cada vez más habituales
Como ya se apuntó el Climática, en el repaso a los eventos extremos que marcaron 2023, el planeta se ha calentado alrededor de 1,2° C desde el siglo XIX, momento en el que los humanos dieron paso a la quema de combustibles fósiles como método para generar energía y riqueza. 173 años después, los eventos extremos son cada vez más habituales, potentes y duraderos como consecuencia de esa actividad.
Quizá estas inundaciones en Viena formen parte de los eventos extremos de 2024. De momento, son un ejemplo más de que dentro de esos fenómenos con origen en el cambio climático están las lluvias torrenciales.
En septiembre de 2023, el ciclón Daniel dejó una devastación sin precedentes en muchos países, siendo Libia el que salió peor parado. Las fuertes precipitaciones provocaron el colapso de dos presas y más de 3.000 personas fallecidas, la mayoría en la ciudad de Derna.
A finales de septiembre, Nueva York acabó sumida en el caos por unas lluvias e inundaciones sin precedentes. Y en mayo, la región de Emilia-Romaña, en el norte de Italia, sufrió graves inundaciones tras tres fuertes lluvias ocurridas durante varias semanas.
Tampoco se ha librado de los eventos extremos Grecia. Además de los incendios forestales y el calor extremo, el año pasado tuvo las peores lluvias torrenciales que se habían visto nunca en el país. En algunos lugares, la cantidad de lluvia fue tan alta que las estaciones meteorológicas no pudieron registrar los datos.