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Los incendios devoran la región chilena de Valparaíso

Chile se enfrenta a 165 fuegos en las últimas horas que dejan al menos 112 fallecidos y unas 40.000 viviendas afectadas. Los incendios forestales se han propagado en medio de una intensa ola de calor a causa de la crisis climática y El Niño.
Incendio forestal en la Reserva Nacional Lago Peñuelas, en Chile. Foto: Bomberos de Chile.

Los graves incendios forestales que azotan a la zona centro-sur de Chile, en especial a la región de Valparaíso, han dejado al menos 112 fallecidos, de los cuales solo 32 han podido ser identificados, según informó la noche de este domingo el subsecretario de Interior chileno, Manuel Monsalve. El presidente Gabriel Boric ha decretado duelo nacional por dos días y ha asegurado que es la tragedia más grande que ha vivido el país desde el gran terremoto del 27 de febrero 2010.

Tras la reunión del Comité de Gestión del Riesgo de Desastres (Cogrid), en base a los últimos datos recogidos por el Servicio Médico Legal (SML), el subsecretario de Interior detalló que habría casi 40.000 personas afectadas por la destrucción de sus viviendas. Según la proyección oficial, que aún tiene que ser verificada sobre terreno, en Viña del Mar habría una afectación de hasta 12.122 viviendas, mientras que en Quilpué, otro de los epicentros del fuego, serían 2.700.

Las autoridades han señalado que las condiciones climáticas de este lunes pueden facilitar las labores de extinción: “El principal cambio es que vamos a dejar de tener condiciones extremas, se mantendrán altas temperaturas, pero no extremas, y tendremos nubosidad en las mañanas, lo que es más favorable para el control de incendios”, explicó Monsalve.

Los pronósticos apuntan a que, si el clima y los trabajos se mantienen, el foco de mayor magnitud, el de la Reserva Lago Peñuelas/Las Tablas, que ya ha quemado cerca de 8.500 hectáreas, y el de Lo Moscoso, en Quilpué, con 1.550 hectáreas abrasadas, podrían ser controlados durante los próximos días. “No hay riesgo inminente para la vida de las personas, pero están activos y se sigue trabajando”, agregó Monsalve.

Por la simultaneidad de los fuegos y el lugar donde se iniciaron, las autoridades creen que varios incendios podrían haber sido intencionados.

“Resulta difícil pensar que pudieran existir personas tan miserables y desalmadas capaces de generar tanta muerte y dolor pero, si esas personas existen las vamos a buscar, las vamos a encontrar y tendrán que enfrentar el repudio no solamente de la sociedad entera sino que también todo el peso del derecho y la ley”, aseguró Boric este domingo.

Según el balance entregado por Monsalve, hay 165 incendios contabilizados en el país, 11 más que el sábado, de los cuales 40 siguen en combate, 112 están controlados y cuatro extinguidos.

Si bien hay fuegos de menor intensidad en prácticamente todas las regiones del centro y sur del país, la tarde de este domingo saltaron las alarmas por un incendio forestal en la comuna de Galvarino, en la región sureña de La Araucanía que, según informó el subsecretario, hasta ahora ha calcinado 10 hectáreas y ha requerido la evacuación de los vecinos de la zona.

“Hay afectación a terrenos agrícolas, pero no hay afectación a casas en estos momentos”, preció la autoridad sobre este nuevo foco. “El combate de incendios se está llevando adelante en distintos lugares de Chile. No hay ningún lugar que vaya a quedar desprotegido”, concluyó.

Consecuencias del cambio climático

Estos fuegos de gran intensidad se han producido tras la sequía que afecta la parte sur de Sudamérica y en medio de una intensa ola de calor que ha sacudido Chile la última semana. En la región metropolitana de Santiago de Chile se registraron 37,3 °C el miércoles pasado, la tercera temperatura más alta registrada en los últimos 55 años, según la Dirección Meteorológica de Chile.

Una temperatura de récord que solo fue superada en una décima en 2017, año en el que la misma estación alcanzó a los 37,4, y un grado por debajo de la máxima histórica, los 38,3 °C soportados en enero de 2018. La temperatura más alta que ha registrado Chile desde que hay registros fue de 42,2 °C en 2017 en la ciudad andina de Los Ángeles.

Los meteorólogos apuntan a El Niño y a la emergencia climática como los causantes del alza extremo de las temperaturas en Chile desde hace una década. Los mismos expertos coinciden en pronosticar que las temperaturas seguirán subiendo y que el récord de 38,3 °C de la capital podría verse superado incluso este mismo año.

La ausencia de viento en la capital transandina, construida a los pies de la cordillera de Los Andes y entre grandes cerros que la convierten en una olla y la aislan del mar, la ausencia de ríos con caudal, la escasez de parques con árboles y vegetación, la construcción masiva de edificios, y el intenso tráfico, que mantiene una permanente boina de polución sobre la Santiago de Chile, son factores que igualmente contribuyen al aumento del calor.

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