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Los aguacates salen caros (también al planeta): agravan el agotamiento de recursos hídricos y la degradación de suelos

Un informe de Ecologistas en Acción denuncia los impactos socioambientales del cultivo del aguacate en la costa tropical de las provincias de Málaga y Granada.
Los aguacates salen caros (también al planeta): agravan el agotamiento de recursos hídricos y la degradación de suelos
Foto: Mumumío/Flickr.

Las ricas tostadas de aguacate que se suelen consumir para desayunar tienen detrás un alto coste climático, ambiental y social, sobre todo en dos puntos de España. El actual modelo agrario hiperintensivo del cultivo de este fruto tropical en las provincias de Málaga y Granada provoca el agotamiento de los recursos hídricos y la degradación y erosión de los suelos. Asimismo, también genera la destrucción de un modelo agrario basado en explotaciones familiares cada vez más dependientes o supeditadas a la influencia de la entrada de fondos de inversión en la agricultura.

Son las principales conclusiones del capítulo La provincia de Málaga y Granada: extractivismo agrario para el cultivo de frutas tropicales, presentado este miércoles, e incluido en el informe El verdadero precio de los alimentos. La cara oculta de la agroindustria en la península ibérica, de Ecologistas en Acción.

La expansión del aguacate hasta los niveles actuales tiene su punto de partida en 2008, según la organización. Con la crisis financiera, señalan, muchas tierras y cultivos de secano de la comarca de la Axarquía (en la provincia de Málaga) fueron revalorizadas para el cultivo de aguacates y mango, aprovechando el buen precio, alta demanda y buena comercialización de esta fruta en Europa.

Según el informe de Ecologistas, se estima que entre el 30 y el 40% de la superficie total de regadío, de 12.989,96 hectáreas en 2017, en la comarca de la Axarquía eran plantaciones ilegales. Con el paso de los años, este área ha seguido creciendo, incluso en plena sequía, de modo que la superficie de riego (legal e ilegal) ronda actualmente las 15.000 hectáreas, según declaraciones oficiales de la Junta de Andalucía. Esta situación ha favorecido a la expansión del aguacate, cuya superficie ha aumentado un 30 % en España desde 2018, según los datos recogidos por Ecologistas en el informe.

Un problema en expansión

La fiebre por el aguacate no es exclusiva de estas provincias andaluzas, sino que se trata de un fenómeno generalizado. En el caso de la península ibérica, la organización ecologista destacada también la fuerte expansión de cultivos que ha habido en el Campo de Gibraltar, en la provincia de Cádiz. Otra provincia afectada es Huelva, llegando incluso al Algarve en Portugal por el oeste, y a Alicante y Murcia por el este.

Fuera de España, la demanda de este fruto también ha aumentado considerablemente. Francia, Países Bajos y Alemania son los países de Europa que encabezan la lista de países importadores de aguacates.

«El elevado consumo de agua para el riego del aguacate combinado con olas de calor, mayor evapotranspiración y periodos de sequía recurrentes, conduce a una gran sobreexplotación de los recursos hídricos, afectando drásticamente a los ecosistemas fluviales y humedales costeros, así como a los acuíferos, salinizados por la entrada de agua de mar. Además, el agotamiento de los recursos hídricos está afectando el suministro público de agua a la población local que se ha visto confrontado con cortes de agua hasta de 12 horas en verano de 2023″, denuncian desde Ecologistas en Acción.

Junto al problema hídrico, la ONG pone el foco también en los grandes movimientos de tierra durante la puesta en cultivo con maquinaria pesada y la erosión del suelo causada por la deforestación de las laderas para la implantación de cultivos, que se ve agravada por fenómenos climáticos extremos como las lluvias torrenciales.

Otra cuestión clave son las desigualdades que provoca este modelo agroindustrial en las regiones productoras, y es que las rentas medias de las zonas agrarias son de las más bajas de España. Acorde al informe, la renta más baja es de 7.972 euros por persona y año en el municipio de Moclinejo, en la Axarquía, y de 7.625 euros/año en la costa granadina, en el municipio de Albuñol. En cuanto al empleo, Ecologistas estima que se contrata a una persona por cada cinco hectáreas de aguacates al año. En cambio, el cultivo de hortalizas a campo abierto emplea a unas 15 personas por cada cinco hectáreas.

Basándose en estos hallazgos, desde Ecologistas en Acción reclaman una transformación del actual modelo agroalimentario global por otro más sano, justo, sostenible y local, es decir, apostar por la agroecología. «Es preciso diversificar los cultivos, potenciar en estos lugares el secano, mejorar la eficiencia del riego mediante técnicas como el riego subterráneo, utilizar variedades de baja demanda de agua, forestar los taludes de los cultivos con arbustos autóctonos y asegurar el caudal ecológico que corresponde a los ríos», pide el biólogo Rafael Yus, portavoz de GENA-Ecologistas en Acción.

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COMENTARIOS

  1. Más de 1000 pozos ilegales en la Unidad Fisiográfica del río Guadiaro y sus afluentes.
    Verdemar-Ecologistas en Acción: Hemos puesto en manos de la Junta de Andalucía una denuncia de estos pozos ilegales en el río Guadiaro y sus afluentes para riegos intensivos de frutos tropicales, piscinas, jardines,… Estos se encuentran en las provincias de Málaga y Cádiz, muchos de ellos en la ZEC del Guadiaro y Hozgarganta (ES6170031).
    El río Guadiaro y sus afluentes ya no se recuperan por la sobreexplotación de sus aguas.

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