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Hace un año, la fatídica DANA arrasó la casa que Alejandro y María Laura acababan de comprar en Paiporta (València). La pareja de artistas peruanos —reconocidos en la escena del folk independiente latinoamericano— acababa de empezar una nueva etapa en España junto a su hija cuando el agua lo cubrió todo. Una terapeuta voluntaria les propuso entonces canalizar la rabia y el dolor en una canción. De ese ejercicio de sanación nació El río no tiene culpa, el tema que presentan este lunes junto a Greenpeace como un grito colectivo frente a la crisis climática.
El lanzamiento, acompañado de un videoclip grabado en directo en el Parque Natural de L’Albufera de València –uno de los espacios más castigados por aquella DANA—, busca tender un puente entre lo íntimo y lo colectivo: entre la memoria del desastre y la exigencia de acción. La canción, disponible a partir del 29 de octubre en todas las plataformas, transforma una experiencia personal en un alegato artístico por la justicia climática.
“El día de la DANA todo el mundo hacía su vida normal. Nadie podía imaginar el desastre que venía. Con el cambio climático nos pasa lo mismo: seguimos como si nada hasta que nos golpea de frente”, dicen Alejandro y María Laura. “Esta canción es una llamada a dejar de mirar para otro lado y cambiar este sistema destructivo que tarde o temprano nos afectará a todas”.
Una catástrofe amplificada por el calentamiento global
La DANA que afectó el año pasado a la provincia de València –además de a las de Málaga y Albacete– fue la más devastadora registrada en España, con 227 personas fallecidas y más de 300.000 afectadas. Como han concluido varios estudios de atribución, las fuertes lluvias estaban dopadas por el cambio climático.
Para Greenpeace, esa tragedia simboliza la urgencia de actuar frente a los fenómenos extremos, que se intensifican con el aumento de las temperaturas. «Canciones como la que hoy lanzamos nos recuerdan que detrás de desastres como la DANA hay factores como la mala gestión del territorio, la falta de recursos y la inoperancia de las administraciones. También que estos fenómenos son cada vez más graves y frecuentes debido al cambio climático», explica Pedro Zorrilla Miras, responsable de la campaña de cambio climático de la organización. “Y también que la industria de los combustibles fósiles sigue obteniendo beneficios obscenos a costa del sufrimiento de las personas más vulnerables y la destrucción del planeta”.
El otoño de 2025 está dando la razón a quienes alertan sobre esa tendencia: las lluvias torrenciales e inundaciones se han repetido a lo largo de la costa mediterránea, afectando a zonas que apenas empezaban a recuperarse del año anterior.
De la rabia a la acción
Con El río no tiene culpa, Alejandro y María Laura ponen voz a una sensación compartida por miles de personas que han visto cómo el cambio climático se cuela en sus vidas. La letra, compuesta durante el proceso de duelo, habla de pérdidas materiales y emocionales, pero también de resiliencia y responsabilidad colectiva.
En el videoclip, grabado con sonido y voz en directo, el agua de L’Albufera se convierte en metáfora de vida y destrucción. El río no tiene culpa sugiere que no es el agua la responsable, sino la forma en que gestionamos el territorio y el clima.
La colaboración con Greenpeace surgió de manera natural: la organización había acompañado a varias víctimas de la DANA en su denuncia pública y en su petición de justicia climática. “Desde Greenpeace seguiremos apoyando a todas las personas que están sufriendo las peores consecuencias de esta crisis”, señala Zorrilla. “En la COP30, que comienza en diez días en Brasil, exigiremos que las empresas de petróleo y gas paguen por causar estos desastres. Exigimos soluciones y responsabilidades”.
Aprender del desastre
De cara al futuro, Greenpeace plantea tres claves para afrontar la crisis climática y evitar que tragedias como la de Paiporta se repitan: reconstrucción, adaptación y mitigación.
La reconstrucción, dicen, debe ser sostenible y tener en cuenta las consecuencias del cambio climático, que ya están aquí y se agravarán. La adaptación debe apoyarse en medidas basadas en la naturaleza, tanto a nivel de vivienda como de municipio y cuenca hidrográfica. Y la mitigación —la reducción de emisiones— debe acelerarse tres veces más rápido de lo logrado en los últimos años, siguiendo el ritmo que marca la ciencia.
Todas estas medidas requieren recursos adicionales. Greenpeace propone que los fondos procedan de nuevos impuestos a la industria del petróleo, el gas y el carbón, así como a otros grandes contaminadores, garantizando que la transición sea justa y que proteja a las personas más vulnerables.
La música como esperanza
El camino de Alejandro y María Laura ha pasado del desconsuelo a la acción. Un año después de perder su casa, la pareja está nominada a los Latin Grammy 2025 por su disco Dos Hemisferios, en la categoría de mejor cantautor. El productor de El río no tiene culpa, Sebastián Merlín, también opta a un premio por el álbum Flamencas, de Las Migas.
«226 muertes [ya son 227 solo en Valencia] no fueron culpa del río. La culpa tiene alto cargo, sueldo, nombre y apellido«, dice la canción.




