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Estados Unidos ha dado uno de sus primeros pasos para incentivar la producción y uso de vehículos eléctricos e híbridos. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, en inglés) ha fijado este miércoles nuevos estándares de emisiones para la venta de automóviles en el país entre 2027 y 2032, con la intención de que estos nuevos vehículos acaben representando la mayoría de las ventas de coches para el último año.
Concretamente, la administración de Biden se ha propuesto que los coches eléctricos libres de emisiones representen un 56% del total de vehículos fabricados a partir de 2032, junto con al menos un 13% de híbridos enchufables u otros coches parcialmente eléctricos, así como coches de gasolina más eficientes.
Con estas nuevas medidas, pretende evitar la emisión de 7.000 millones de toneladas de carbono hasta 2055 en un país donde el transporte es la principal fuente de contaminación, así como reducir las partículas finas y los óxidos de nitrógeno para prevenir hasta 2.500 muertes prematuras por contaminación del aire a partir del mismo año.
La nueva normativa también ayudará a ingresar 100.000 millones de dólares de beneficios netos anuales a la sociedad. Por una parte, por la reducción del consumo, mantenimiento y costes de reparación que implican estos vehículos, que la EPA cifra en 62.000 millones de dólares. Por otro, por el ahorro en sanidad pública debido a la mejora en la calidad del aire. Una mejora valorada en 13.000 millones de ganancias.
Una medida ambiciosa, pero más laxa
Con estas estimaciones, Biden se ha atrevido a calificar los nuevos estándares como «los más estrictos de la historia para vehículos». Sin embargo, los límites anunciados esta semana son menos exigentes que los que la agencia medioambiental estadounidense propuso en abril de 2023.
En un principio, la EPA instaba a los fabricantes que produjesen un 60% de coches eléctricos en 2030 y un 67% en 2032. Ahora, las normas finales relajan las exigencias de emisiones en los dos primeros años del plan, de 2026 a 2028.
En caso de haber seguido adelante con esta primera propuesta, la transición al vehículo eléctrico se habría hecho prácticamente a marchas forzadas teniendo en cuenta que, en 2023, los automóviles eléctricos vendidos en Estados Unidos fueron solo 1,2 millones. Representaron el 7,6% del total de ventas, aunque también sentaron un aumento récord.
Uno de los motivos de este cambio de fechas ha sido la presión del sector automovilístico. La pérdida de puestos de trabajo es uno de los miedos que envuelven la transición al vehículo eléctrico. Por ese motivo, EPA ha dejado claro en su comunicado que, con estas medidas, el empleo en el sector del automóvil mejorará con nuevos «puestos de trabajo sindicados y bien remunerados que lideren el futuro de los vehículos limpios».
El sindicato United Auto Workers (UAW) se ha pronunciado ante el anuncio de la nueva normativa y ha declarado que esta protegerá los oficios del sector. «Al tomar en serio las preocupaciones de trabajadores y comunidades, EPA ha creado una norma de emisiones más viable que protege a los trabajadores que fabrican vehículos con motores de combustión a la vez que proporciona un camino para que las empresas implementen toda la variedad de tecnologías que reducirán las emisiones», señala.